Hace unas horas se nos fue Manuel Ernesto desde Suecia alejado, por circunstancias ajenas a su voluntad, de su querida tierra aragüeña.
Cuando un amigo se va, cuántas palabras encontramos en canciones y poemas para describir el dolor de esa ausencia.
Desde las lágrimas del alma, al despedir a Manuel Ernesto, lo recordaré siempre desde el afecto y el respeto.
Fueron muchos años, varias décadas, y Manuel Ernesto siempre estuvo allí, en las alegrías y en las tristezas.
Compartimos el amor por Aragua y un proyecto político, plural y amplio, en defensa de la descentralización, de la aragueñidad, en la búsqueda constante del bien común y del progreso, con el sello de la inclusión.
El editor, que era su verdadera vocación, fue siempre respetado y querido por su equipo de trabajo en el Diario El Siglo, del que fue director por más de dos décadas. Como me decía siempre nuestra común amiga Pilar Suárez, Manuel, aunque graduado de ingeniero, era un gran periodista.
Nos conocimos en la calle Páez. Yo ya era amigo de su hermano Tulio Capriles. Manuel Ernesto al frente del diario El Siglo y yo en la actividad política y social desde la Casa del MÁS.
Así surgió una amistad de más de cincuenta años, que a pesar del silencio de la distancia, se mantuvo y se fortaleció con el afecto y la lealtad.
Cuando tuve el honor de ser el primer gobernador electo de Aragua invité al ingeniero Manuel Ernesto Capriles Hernández a que me acompañara como Secretario General de gobierno. Su desempeño profesional impulsó una gerencia social eficiente. Promovió el programa Transferencia Estado-Municipio (TEM) y el de Transferencia Estado-Sociedad (TES), esfuerzos solidarios que buscaban que Aragua y su gente fueran los protagonistas de una convivencia política caracterizada por el debate y el diálogo democrático, propiciando la cooperación social como respuesta a los conflictos.
Como decía Alberto Cortez, “cuando un amigo se va , queda un espacio vacío que no lo puede llenar la llegada de otro amigo”.
Mis más sentidas palabras de condolencia a su esposa María Luisa de Capriles, a sus hijos Tulio Manuel, Kaloni y Teo, a sus nietos, a su hermana Ivonne, a sus sobrinos y sobrinas Tulio, Cherry, Manasés, Manuel, Tulio, Fiorella y Tulia.
Vuela alto Manuel Ernesto. Descansa en Paz.