Excelente comentario de mi amigo y cuñado, Pedro Mosqueda:
La novedad cinematográfica de Venezuela en 2021 es la ópera prima de la aragueña (Villa de Cura) Anabel Rodríguez Ríos; joven cineasta que dirigió antes Toilet y participó en la antología 1, 2 y 3 mujeres.
Postulada por Venezuela para los Óscar, no fue seleccionada en la nominación de la shortlist para optar el preciado premio anual de la academia.
En la selección previa logró avanzar un gran trecho y eso generó grandes expectativas que esta semana se desvanecieron, por lo menos en ese objetivo.
El Congo Mirador es un pueblito de aguas y palafitos -en pleno lago- famoso por el fenómeno meteorológico llamado El RELÁMPAGO DEL CATATUMBO; el lugar está ubicado entre la Sierra del Perijá y La Cordillera de Los Andes.
Anabel -dice una autoridad del cine, Alfonso Molina- logra deslumbrar dentro y fuera de Venezuela por su fuerza expresiva y belleza dramática. Nos va presentando un pueblito de aguas que se desintegran por la sedimentación y contaminación, sin perder el foco en lo más importante: su gente; la vida de los lugareños, su hábitat y los complejos temas políticos y sociales de la Venezuela de hoy reflejados allí en ese microcosmos.
Estuvimos cerca, pero no es fácil posesionar una película en Los Ángeles y menos en la mente de la academia. Deben alinearse muchos asuntos, es una lotería y no solo es dinero y conexiones. Es una conclusión contundente que le leímos a un grupo selecto de cine al que le hacemos lecturas con regularidad.
Seguiremos ligándola, como en el juego de la «R» esperando que alguien nos libre. Con LIBERTADOR también nos emocionamos y no era para menos: contamos con el lobby maravilloso de Edgard Ramírez y Gustavo Dudamel en la propia meca del cine, además venía de ganar el Openning Night de Toronto y antes Luis Alberto Lamata con Desnudo con naranjas creó expectativas.
Que vivan Anabel y su dream team por su inmenso esfuerzo. Felicitaciones a todo el equipo por Once Upon A Time In Venezuela por el esfuerzo de realizar, estrenar y hacer campaña hacia el Óscar en tiempos tan complicados, son proezas.
Bernardo Rotundo, un tipo de otro planeta, alto ejecutivo del Circuito Gran Cine responsable de la distribución ha dicho: «Fue un esfuerzo con pasión por el cine y para evidenciar ante el mundo la difícil realidad que padece nuestro país. La película seguirá su ruta, haremos una gran gira nacional con organizaciones defensoras de derechos humanos, entraremos en contacto con el país profundo, con la gente sencilla, común, de a pie y que padece todos los males de quienes hablaban de una democracia protagónica que ha degenerado en un populismo autoritario y dominante.»
Hay razones para estar orgullosos, estuvimos cerca y nos seguirá representando.