Los venezolanos que queremos un cambio debemos seguir luchando por encima de las dificultades en todos los terrenos, incluyendo el electoral. Cada quien en lo suyo, es decir, con su visión y misión pero todos juntos, teniendo como objetivo el cambio urgente que reclama el país. Nuestras propuestas deben ser amplias para abrir nuevos caminos y trazar el rumbo que nos llevará a salir de este desastre.
La unidad nacional debe ser mucho más que una alianza de partidos. Se necesita hacer un gran pacto social con toda la sociedad democrática, con líderes políticos pero sobretodo con líderes sociales que tomen como bandera y compromiso, la necesidad de buscar, por medio de la protesta y la presión ciudadana, solución a la crisis humanitaria de falta de alimentos y medicinas que sufre el pueblo venezolano.
Debemos denunciar el vínculo existente entre la corrupción política de la cleptocracia madurista y la violación sistemática de los derechos humanos en áreas tan sensibles como alimentación, salud, servicios públicos y seguridad.
Por todo esto, no podemos reconocer la ilegal asamblea constituyente de Maduro y tampoco convalidar elecciones que se realicen sin haber cambiado completamente al actual CNE y que garanticen comicios libres y justos con observación internacional calificada e imparcial, sin perseguidos, presos políticos ni inhabilitados.
Hay que seguir luchando en todos los espacios, siempre por la vía democrática y pacífica, con dignidad, perseverancia y de manera descentralizada. Para ello es indispensable conservar y reforzar el valioso apoyo internacional que hemos conseguido entre todos.
La unidad debe fortalecerse con toda la participación posible, con una relación transparente, igualitaria, respetuosa y constructiva, que permita tomar decisiones claras y efectivas con amplitud para facilitar así el diálogo entre los que formamos parte de la alternativa democrática. A pesar de nuestras diferencias, debemos mantener los puentes necesarios para reencontrarnos en las horas decisivas que vienen.
Sobre todo, tenemos que escoger en primarias a nuestro abanderado presidencial en las próximas elecciones que deben realizarse en 2018. Para ello, como hemos dicho, hay que exigir con la presión internacional, las condiciones y garantías indispensables para la realización de elecciones transparentes, libres y con toda la legalidad, para iniciar desde allí el cambio de presidente y con ello la necesaria transición, que requiere de un acuerdo de gobernanza y gobernabilidad para superar la emergencia económica y social que padecemos.