Esta semana se conmemoraron los 75 años del Día D. Trescientos veteranos estuvieron presentes en la costa de Normandía, Francia, junto a seis presidentes y cientos de altos funcionarios de los países que se aliaron para derrotar a los nazis. Sin embargo, faltó uno de los principales artífices de esa heroica jornada: Joan Pujol García, también conocido como “Garbo”, el espía que engañó a Hitler. Catalán de nacimiento y venezolano de corazón, está enterrado en Choroní.
Joan Pujol vivió en Choroní donde se refugió luego de la Segunda Guerra Mundial en la que su aporte fue fundamental aunque muy poca gente lo sepa.
Garbo, como lo identificaba el servicio secreto inglés M15 o Arabel, como lo llamaba la inteligencia alemana, logró desinformar a los nazis quienes congregaron sus fuerzas lejos de las playas de Normandía que fue por donde finalmente desembarcaron los aliados.
Su inteligencia y valentía salvaron la vida de miles de soldados y contribuyeron decisivamente a que el mundo no cayera en manos del nazismo.
Vivió en Lagunillas y en Caracas pero el hogar donde formó una familia fue Choroní. Allí transcurrió gran parte de su vida en el mayor anonimato hasta que falleció en 1988.
Sintió un profundo amor por esa población donde fundó una sala de cine.Los lugareños lo recuerdan como una persona afable y desprendida. No le interesaba lo material.Jamás habló de su pasado.
A mediados de los años 80 fue descubierto por los ingleses que lo daban por muerto e invitado a Londres a una ceremonia de conmemoración del Día D conjuntamente con sus ex compañeros del M15. Pujol recibió la Orden del Imperio Británico.
En el palacio de Buckingham, el Príncipe de Edimburgo, esposo de la Reina Isabel, le preguntó qué lo había impulsado, siendo nativo de España – que no se vio directamente afectada por Hitler – a arriesgar su vida en tan increíble aventura, digna de libros y películas. Su respuesta fue muy sencilla: “El nazismo es para mí algo demoniaco.No podía soportar el dolor de tantos europeos.El mundo corría peligro de caer en sus garras.Había que pararlos e hice lo que estaba a mi alcance”.
Ojalá la embajada de España en Venezuela, así como los países aliados Reino Unido, EEUU y Francia – y la Alemania democrática que hoy ha dejado atrás la pesadilla del nazismo – pudieran hacer algún día un reconocimiento a este español universal: Joan Pujol García, el espía que salvó al mundo.